Análisis de Bambas!

Cualquiera que siga con interés el panorama indie nacional sabrá que DevilishGames, estudio alicantino, nunca deja indiferente a nadie con sus videojuegos. Es verdad que se hizo famoso para muchos gracias a Minabo, pero su historial de títulos experimentales y distintos es largo (mi favorito es Kolumno, uno que te recomiendo). Ahora, el equipo vuelve con otro juego llamativo. Análisis de Bambas!.

De paseo por la ciudad

Tengo que reconocer que empecé a jugar a Bambas! con un poco de miedo, porque no soy muy fan de los sandbox locos tipo Goat Simulator o Untitled Goose Game. Esperaba algo así y, si bien sí creo que encaja en ese género y en ese segmento, me he encontrado algo diferente, con un planteamiento “muy de aquí” y que, realmente, me ha llegado “a la patata” en muchos momentos.

En Bambas! eres unas zapatillas, como no podía ser de otra forma. Combina el género sandbox con el de walking simulator, nunca mejor dicho. Esto que voy a decir suena fuerte y quiero que entiendas a lo que me refiero, pero es un poco como si cogieras Death Stranding y sólo controlaras los zapatos de Sam Porter. En este caso, manejas cada pie por separado, así que debes llevar el ritmo para andar con algo de sentido.

Es cierto que el control me ha parecido algo tosco y necesitas unos minutos para acostumbrarte, especialmente a la hora de realizar acciones “complejas” con los pies. Por ejemplo, chutar es algo complicado de ejecutar y no siempre sale como debería, algo que puede frustrar un poco. Pero cuando aceptas algunas de sus limitaciones y empiezas a interactuar con todo lo que el mundo te ofrece, tu sensación cambia.

Lo hace porque la gracia del videojuego está en el descubrimiento. Tienes ante ti una ciudad, de un tamaño pequeño pero más que suficiente, en el que hay un montón de elementos que reaccionan a tus acciones, además de otras zapatillas y zapatos NPCs que te encargan misiones o ambientan con sus comentarios. Y, la verdad, me ha sorprendido bastante el nivel de interactividad.

Pero no sólo por la cantidad de cosas que puedes hacer, sino porque se sienten muy orgánicas y naturales. Quizá suene raro, pero lo que puedes hacer siendo una zapatilla son cosas que tú también has hecho alguna vez, normalmente de niño, pero quizá también de adulto. Es familiar. Se crea un loop jugable bastante adictivo, en el que te apetece seguir explorando para ver qué puedes hacer en otras zonas.

Para que te hagas una idea de las acciones que podrás encontrar, hay algunas como apagar cigarros, chutar balones que te encuentras por la calle (la necesidad masculina de golpear una pelota ataca fuerte en el juego), subirte a un skate e intentar hacer trucos, aplastar latas y muchas más cosas que no quiero contarte, porque la gracia de Bambas! está precisamente en descubrir todo lo que esconde.

Libertad con estilo

El desarrollo es muy libre. Aunque hay una especie de “misión principal”, la realidad es que se cumple a la perfección el concepto de sandbox. Puedes ir a dónde quieras para hacer lo que te plazca. Si quieres tener una motivación para avanzar o completar los logros, deberás cumplir también algunos desafíos secundarios o recogiendo algunos coleccionables, pero en general es un videojuego que te da libertad total.

La narrativa también es distinta a lo habitual, con un relato que se cuenta por situaciones concretas y por el propio escenario. Los diálogos están llenos de bromas y referencias a la cultura urbana y popular de España, e incluso encontrarás memes, muchas veces en forma de pintadas. No creo que los jugadores de fuera de nuestro país lo aprecien igual, pero mola.

Y, por supuesto, puedes cambiarte tus bambas. Por cierto, es una manera muy de mi zona de llamar a las zapatillas (se nota que somos de Alicante); según tengo entendido, es un término castellanizado que surge desde el valenciano. Pero volviendo a lo que te quería decir: hay un montón de zapatillas y zapatos diferentes para comprar con dinero (del juego) y modificar tu apariencia.

Aunque no hay modelos licenciados, la gran mayoría son muy reconocibles y es fácil adivinar a qué calzado real están imitando. Encontrarás desde crocs a tacones, pasando por Nike, Adidas o zapatos tipo náuticos. La verdad es que DevilishGames ha hecho un trabajo realmente interesante en ese sentido y me ha sorprendido la enorme cantidad de variedad disponible.

Más allá de que el control sea mejorable, como dije al principio, también me hubiera gustado una mayor libertad para controlar la cámara, ya que la vista cenital no me termina de convencer. Creo que se pierde la visión de muchos elementos a tu alrededor y hubiera funcionado mejor una más libre, especialmente en situaciones concretas, como el manejo del skate.

El juego me ha funcionado perfectamente en PC a 60 FPS (tengo una Gigabyte RTX 4080 Gaming OC 16GB GDDR6X y un Intel Core i7-14700K), aunque no tiene opciones gráficas de ningún tipo, algo que no me ha gustado, y más en los tiempos que corren. Y aunque hay algún que otro problemilla con algunas colisiones, no he visto bugs o errores importantes en mi partida.

Sin duda, Bambas! es único. Es puro DevilishGames. Si te gustan los juegos sandbox que te dejan libertad para experimentar, creo que vas a encontrar una experiencia bastante diferente, que te hará reconectar con tu infancia y con un tiempo muy diferente al actual. No deja de ser un título de nicho, para un público concreto, pero creo que su planteamiento lo hace entretenido.

Conclusiones

Bambas! es un videojuego curioso y único, que une la locura de los sandbox, la precisión de un walking simulator, el humor y la sensibilidad local. Puede que su control no sea perfecto y que le falte pulido en algunos aspectos, pero cuando aceptas las limitaciones te encuentras con una propuesta llena de detalles que conectan con tu memoria. DevilishGames ha vuelto a crear algo diferente, valiente y muy suyo.

Por último, dar las gracias a DevilishGames por cedernos una copia de Bambas!