Análisis de Dear me, I was…

Probamos este juego narrativo de Arc System Works exclusivo de Nintendo Switch 2

José Miguel Rodríguez Ros
7 minutos de lectura
Dear me, I was…
Dear me, I was…
7 RECOMENDADO
Dear me, I was…
Nintendo eShop

El videojuego es un medio muy flexible, aunque a veces no lo parezca. Da cabida a multitud de propuestas distintas, ya sea por su jugabilidad, por la narrativa o por un enfoque diferente en alguno de los apartados. Eso, claro, tiene sus pros y sus contras, algo que se ve fácilmente en Dear me, I was…, el nuevo videojuego de Arc System Works exclusivo de Nintendo Switch 2. Ya he jugado y te cuento todo en este análisis.

DESARROLLADOREDITORPLATAFORMASFECHA DE LANZAMIENTO
Arc System WorksArc System WorksNintendo Switch 231 de julio de 2025

Hace tan sólo un mes se anunció la salida de Dear me, I was…, un videojuego narrativo desarrollado por Arc System Works. En redes sociales tuvo bastante repercusión, sobre todo porque el arte corre a cargo de Taisuke Kanasaki, el que fuera director de dos videojuegos muy queridos de Nintendo DS, Hotel Dusk y Another Code. La comunidad los recuerda con tanto cariño que el hype por este juego subió rápido.

Y lo entiendo, la verdad. A mí también me interesó rápidamente. Eso sí, las expectativas las tenía bajas y controladas. Es un juego que cuesta 7,99 euros y se notaba que iba a estar centrado profundamente en la parte narrativa. Tampoco creía que duraría mucho. Todo eso lo tenía claro. Y, aún así, tras jugarlo, tengo sensaciones profundamente encontradas.

Dear me, I was…

Lo primero es que es tan corto y tiene tan poca interacción que abre el debate de si es un videojuego o una pequeña película animada de cine mudo con una pequeña interacción del espectador. El título me ha durado unos 45 minutos y la jugabilidad se basa en pulsar un par de botones en algunas ocasiones muy concretas, en unas acciones que carecen de gracia alguna.

Por ejemplo, debes tocar la cerradura de un buzón para colocar la llave, abrir la puerta y coger una carta de dentro. También tienes que comer en algunas escenas, pero simplemente tienes que pulsar cada comida para hacerlo. Las interacciones son escasas y muy sencillas. Podría ser una película sin ningún tipo de intervención por tu parte y no habría mucha diferencia, la verdad.

Como te decía, mis expectativas eran bajas y realistas, pero la experiencia como videojuego me ha decepcionado. Sin pretender que esto fuera mucho más que algo narrativo y experimental, me esperaba más. De hecho, me cuesta justificar que valga 7,99 euros, y eso que es poco dinero. Me parece incluso un precio alto por lo que ofrece. Aún así, no todo es negativo.

Dear me, I was…

Jugablemente es nulo. Tenlo claro. Pero, ¿qué tal es a nivel narrativo? Bueno, aquí tengo buenas noticias, porque es realmente emotivo. Dear me, I was… cuenta la historia de una chica corriente (en ningún momento se menciona su nombre) desde que es niña hasta su vejez. Tiene una gran pasión por el dibujo y la pintura, y el relato reflexiona sobre la familia, la pérdida, el dolor, el amor, la soledad y la motivación vital.

Dear me, I was…

Es un reflejo de una vida corriente, con sus vaivenes, con sus momentos de felicidad y otros de tristeza profunda, con la adrenalina que te provoca ilusionarte por algo y el golpe de realidad brutal que supone que eso mismo te decepcione. Reflexiona también sobre lo que supone “hacer lo correcto” y abandonar tus pasiones, con el vacío que eso puede provocar en un ser humano, especialmente si es alguien emocional.

Es cierto que la historia se apoya en algunos momentos en desgracias trágicas un poco cliché, pero son situaciones que pueden suceder (excepto una de ellas, que la vi demasiado forzada). Estos momentos clave trascendentales marcan la vida de la chica de una forma muy clara y cambian su forma de ver las cosas. Esos golpes los sientes muy profundamente porque es fácil empatizar con ella.

Me ha parecido brillante cómo logra llegar a lo más hondo de tu corazón. Artísticamente es una delicia y los dibujos son una preciosidad, con un estilo acuarela que le da una emotividad especial al relato. No me puedo olvidar de la música, que si bien es discreta y quiere quedar en un segundo plano, es fundamental para enfatizar cada acontecimiento, sobre todo porque no hay ni un sólo diálogo.

Dear me, I was…

No bromeaba antes cuando te decía que es como una película moderna de cine mudo. Sin una sóla palabra todo se entiende perfectamente y emociona. Duele. Son 45 minutos de sufrimiento y, por qué no decirlo, alguna lágrima. Es muy bonito. En este sentido, sí, merece la pena si te gustan este tipo de historias y experiencias, porque realmente logra crear un impacto en ti.

En resumen, es un juego muy corto con una jugabilidad escasa y tremendamente limitada, y no merece la pena por ello. Pero la narrativa, que es lo importante aquí, es preciosa. Aunque no es perfecta del todo, consigue conectar contigo y es fácil empatizar, y verse reflejado en algunas de las situaciones que la protagonista pasa. Como es lo más importante y valoro proyectos distintos, lo recomiendo, pero ten en cuenta lo bueno y lo malo.

Dear me, I was… no quiere que juegues, quiere que sientas. Es más un poema visual que un videojuego. Dura casi un suspiro, pero puede dejarte el corazón en un puño. Su jugabilidad es casi nula, pero si te atraen las historias íntimas que hablan de lo cotidiano con una sensibilidad brutal, esta pequeña historia puede dejarte huella.

PCMGAMES - Medalla Recomendado

Por último, dar las gracias a Arc System Works por cedernos una copia de Dear me, I was…

Dear me, I was…
Dear me, I was…
RECOMENDADO 7

Únete a nuestras comunidades

Comparte este artículo
Escribe tu análisis