No te voy a mentir; JDM: Japanese Drift Master era uno de mis videojuegos más esperados de 2025. Las expectativas estaban altas, aunque probar la demo hace ya varios meses me dejó una sensación muy clara, que ahora he confirmado: por muchos que se vea de locos y el mapa sea increíble, es un indie y eso se nota. Tiene cosas buenas y cosas malas, casi a partes iguales. Te lo cuento en el análisis.
DESARROLLADOR | EDITOR | PLATAFORMAS | FECHA DE LANZAMIENTO |
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Gaming Factory | Gaming Factory | 4Divinity | PC | 21 de mayo de 2025 |
Drift en un mapa increíble inspirado en Japón
JDM: Japanese Drift Master es un videojuego de conducción simcade centrado en el mundo del JDM, drift y carreras callejeras. El contexto es muy sencillo: eres un europeo desterrado que busca empezar de cero en Japón. Tras conocer a unas personas, el protagonista se introduce en la escena de carreras callejeras de este mundo ficticio, aunque inspirado en el país nipón.
La historia en sí es pobre y es bastante confusa. Es aburrida. De hecho, llegado a un punto, comienza a aparecer incluso mucha sexualización de mujeres, algo que me ha sacado totalmente del juego y me ha creado rechazo, porque no viene a cuento. Lo único positivo es que el relato transcurre en formato de manga, un toque curioso y acorde al contexto japonés.
Lo que sí me ha flipado es el mapa y el mundo que se ha inventado Gaming Factory. Y sí, digo eso porque está basado en Japón, pero no el escenario no es real. Se ha creado la prefectura ficticia de Guntama, inspirada en la región de Honshu, y es un mundo abierto de un tamaño más que considerable: según el estudio, tienes 250 km de carreteras con tráfico, ciclo día-noche y climatología.
Es tan espectacular que, aún siendo “falso”, creerás que estás en Japón, especialmente por el nivel de detalle enfermizo que tiene cada rincón del escenario. Es absolutamente increíble en ese sentido y es inevitable parar a echar capturas o admirar el paisaje. Es muy variado: carreteras de montañas, pueblos, una gran ciudad, autovías, callejuelas, puentes, carreteras cerca de la playa…
Tiene, y lo digo completamente en serio y sin exagerar, uno de los mejores mapas que un juego de coches ha tenido jamás. Una de las cosas que más he disfrutado es, simplemente, conducir. De hecho, he pensado en muchos instantes que me hubiera encantado que fuera compatible con la realidad virtual (no lo es), porque creo que sería una experiencia única.
Para rodar puedes comprar más de 20 coches y JDM: Japanese Drift Master cuenta con licencias de Honda, Nissan, Mazda y Subaru, con algunos coches históricos japoneses, la mayoría muy asociados al mundo del drift. La selección es buena. También hay unos modelos que se parecen mucho a Mitsubishi, pero no tienen licencia; y algunos son originales (aunque imagino que basados en alguno real).
Los modelados son correctos y creo que tienen un buen nivel de detalle en los interiores, especialmente para ser un proyecto humilde. Además, los coches se pueden tunear al máximo, tanto en piezas internas para mejorar el rendimiento de los vehículos, como en piezas exteriores y visuales para cambiar su apariencia, algo que me ha encantado. Mucha profundidad en este apartado.
Algo que me ha encantado es que hay muchas cámaras de conducción para usar el coche. Hay una muy especial y única que se sitúa en el alerón del coche y crea momentos espectaculares; es muy cinemática, pero también utilizable. Por cierto, el tráfico de la IA usa coches no licenciados que recuerdan a modelos reales (por ejemplo, uno es clavado a un Nissan Micra).
Y ya que menciono a la IA, vamos con uno de los grandes problemas: la IA es horrible en todas las situaciones. Por un lado, el tráfico suele hacer movimientos extraños, tiene accidentes absurdos, no te tiene en cuenta muchas veces, en autovías solo van por el carril lento y no adelantan ni hacen nada especial… En carreras te chocan sin pudor, aceleran muy rápido y luego frenan sin venir a cuento. Es muy inconsistente y muy floja.

Conducción simcade
La conducción es entretenida y las físicas son aceptables, pero es importante señalar que es un simcade (de hecho, hay dos modos de juego, arcade y simcade, para que cualquier jugador lo disfrute). Es importante que tengas claro que no es un simulador, ni pretende serlo, aunque el comportamiento de los coches es creíble y en el modo simcade se siente bastante bien.
El drift es decente y es también accesible, aunque cuesta hacerlo a veces porque muchos coches son lentos y parece que les falta potencia para hacer derrapes largos. Aún así, el juego te cuenta cualquier cosa que hagas, así que al final he acabado haciendo «derrapes» a baja velocidad en mitad de las rectas para superar los retos. Sientes que estás trampeando un poco, pero es difícil conseguir los objetivos sin hacer eso.
Para las carreras en circuito es bueno cambiar los neumáticos y poner unos que no hacen derrapar tanto el coche, pero estas pruebas son menos divertidas, porque se nota que las físicas están más orientadas al drift, aunque dan variedad. Por cierto, puedes correr en circuitos cerrados ficticios, pero claramente inspirados en trazados japoneses reales, como Tsukuba (sí, el que siempre sale en Gran Turismo).
En cuanto al control, con volante funciona, pero no tiene un FFB muy bueno y cuesta bastante driftear, especialmente si no se te da muy bien como a mí. Además, la configuración es muy pobre y es un apartado poco cuidado, aunque no he tenido problemas de compatibilidad (Thrustmaster T248). Dicen que mejorarán este apartado con más opciones, pero vamos, he preferido jugarlo con mando.

Variedad de pruebas y misiones, pero brillan menos por la IA
Las misiones principales de historia se van desbloqueando una a una y son variadas: carreras callejeras o en circuito de drift (gana quien tenga más puntos), carreras de aceleración (con jugabilidad distinta, basada en cambiar la marcha en el momento justo), carreras en circuito que no son de drift, sino normales; pero también hay otros momentos de variedad y de sorpresa (incluso pruebas desafío en el menú principal que van aparte).
Por ejemplo, tener que huir de unos malotes que te persiguen o realizar entregas de sushi para uno de los personajes secundarios más importantes de los que te ayudan en la aventura. Y, por si esto fuera poco, también hay actividades secundarias, que suelen ser todas esas, pero en pruebas extra: más entregas de comida, otras pruebas de derrape… hay incluso lugares donde apostar tu dinero, para hacerte de oro o perderlo todo.
Pero hay dos problemas: por un lado, el juego no pone requisitos claros para participar en las pruebas y eso hace que puedas presentarte con un coche muy lento, algo que frustra, porque nunca sabes si vas preparado, lo que hace que el desarrollo sea algo confuso; por otro lado, el problema es que las pruebas se hacen pesadas, porque están poco inspiradas y la IA es muy mala. Son mejores las que haces sólo… Así que es un punto importante a mejorar.

Gráficos, audio… y actualizaciones futuras
El sonido de los coches está bien, pero en el apartado de audio destaca especialmente la música, que es genial y totalmente adecuada a la experiencia. En DM: Japanese Drift Master hay una radio con varias emisoras, con estilo phonk, hip-hop, EDM… Es muy guay. Por cierto, aunque no hay voces, el juego está completamente traducido en sus textos al español, en un trabajo correcto.
Gráficamente es chulísimo, una auténtica pasada. Sé que muchos jugadores han tenido problemas, pero a mí me ha funcionado de forma bastante estable en mi PC (Gigabyte RTX 4080 Gaming OC 16GB GDDR6X y un Intel Core i7-14700K) a 60 FPS, 4K y DLSS en modo calidad (sin generación de fotogramas desactivado, porque se carga el rendimiento). Eso sí, que no tenga Modo Foto es un crimen.
Por cierto, justo cuando estoy acabando este texto (viernes 23 de mayo, por la tarde), el estudio ha lanzado un parche con la versión 1.1.0 que promete mejoras en manejo, FFB y otros aspectos. No lo he probado, así que quizá es mejor en algunos temas comentados. De hecho, han sacado un roadmap detallado de cómo quieren evolucionar y mejorar el juego. Está bien, pero esto no es un anticipado y demuestra que falta algo en ciertos aspectos.
La sensación final es que tiene cosas muy buenas (mapa, coches, tuneo…), pero en otros apartados importantes es muy flojo (calidad de las pruebas, desarrollo de la historia, IA). Así que, aunque lo recomiendo porque me parece entretenido, diferente y más interesante que, por ejemplo, Tokyo Xtreme Racer (por mucho que a la comunidad le haya flipado). Se nota que es un indie en ciertos aspectos, es así.
Conclusiones
JDM: Japanese Drift Master me ha dejado sensaciones encontradas. Por un lado, tiene uno de los mejores mapas que he visto en un juego de coches y es entretenido, pero, por otro, falla en aspectos clave: la IA es desastrosa, las pruebas pierden interés rápido, y la historia es floja y cae en tópicos que sobran. Es un juego de contrastes. Aún así, lo recomiendo por ser diferente y único en el panorama actual.

Por último, dar las gracias a Gaming Factory por cedernos una copia de JDM: Japanese Drift Master.