Análisis de Jurassic World Evolution 3

La saga Jurassic World Evolution siempre ha sido un sueño hecho realidad para los fans del parque jurásico de Spielberg, donde se puede crear y gestionar un parque temático de dinosaurios. En esta ocasión está desarrollado nuevamente por Frontier Developments, en Jurassic World Evolution 3 se ha afinado cada punto de la saga. Su modo campaña es más abierta y global, existen nuevos sistemas de reproducción natural, y existe una mejor gestión y mayor libertad creativa. Todo en su conjunto aporta una entrega más completa y madura. Eso sí, te animo a leer nuestro análisis completo a continuación para conocer mucho más sobre el juego.

JURASSIC WORLD EVOLUTION 3

La campaña de Jurassic World Evolution 3 continúa el universo tras los eventos de Dominion, en un mundo donde los dinosaurios ya no se encuentran en parques cerrados, sino que se han desperdigado por el planeta. Ese contexto sirve de punto de partida para el Dinosaur Integration Network (DIN), la organización que nos encarga crear reservas seguras y sostenibles para integrar a estas especies prehistóricas en el mundo moderno.

El planteamiento narrativo, aunque no busca una historia cinematográfica, funciona sorprendentemente bien. Jeff Goldblum vuelve a dar vida al Dr. Ian Malcolm (con el impecable doblaje de Juan Carlos Gustems en español), y junto a él encontramos a viejos conocidos de la franquicia como Cabot Finch o Dr. Kajal Dua, además de nuevos rostros como Kira Chang, aportando variedad y cierto toque de ironía entre tanta tensión científica.

A diferencia de las dos entregas anteriores, el modo campaña no es lineal ni cerrado. En este caso, Frontier nos propone una estructura global, con escenarios repartidos por distintas regiones del planeta. Podrás recorrer las áridas Badlands de Montana, la exuberante selva japonesa de Katsuyama o el santuario italiano de Biosyn, entre otras. Cada una ofrece desafíos únicos como climas extremos, especies con necesidades opuestas o amenazas de sabotaje por parte del grupo activista Extinction Now!. Lo interesante es que se puede volver a ubicaciones anteriores y aplicar avances tecnológicos obtenidos en otras, lo que da una agradable sensación de progreso interconectado.

Sus modos adicionales son todo un acierto. El Modo Desafío (Challenge) recupera el formato clásico de escenarios independientes con condiciones específicas: biomas hostiles, presupuestos ajustados o especies particularmente difíciles de mantener. Es ideal para poner a prueba lo aprendido en la campaña sin comprometer el progreso principal.

Por último, el Modo Sandbox es pura creatividad. Desde el primer momento tendrás acceso a todas las herramientas, especies y opciones del juego, incluyendo el Island Generator, que permite generar mapas únicos con distintos parámetros de terreno, vegetación y agua. Aquí Frontier ofrece su lienzo más grande sin límites y sin estrés, únicamente tendrás tu imaginación y dinosaurios.

Novedades en su jugabilidad

La gran revolución de Jurassic World Evolution 3 está en cómo entiende la vida dentro del parque. Por primera vez, Frontier abandona el modelo de incubadora infinita para apostar por un ecosistema vivo y autosuficiente, donde los dinosaurios ya no son simples exhibiciones, sino poblaciones con dinámicas propias.

El nuevo sistema de reproducción y crianza es lo más importante. Ahora los animales se reproducen de forma natural, siempre que tengas en cuenta las condiciones del recinto, es decir, tanto su espacio como recursos y la compatibilidad entre especies. Una mecánica totalmente nueva que te obligará a pensar a largo plazo. Además, las parejas transmiten rasgos genéticos a sus crías —color, patrón, temperamento o longevidad— y esas características pueden evolucionar con el tiempo. Dejando de lado, aquellos parques que eran un escaparate de clones para pasar a ser un ecosistema donde cada generación cuenta una historia distinta.

Las crías son el elemento más visible y encantador de este nuevo enfoque. No son simples versiones pequeñas de los adultos, sino criaturas con su propio comportamiento, necesidades y vulnerabilidades. Algunas especies son protectoras con sus crías, otras las ignoran o incluso se vuelven agresivas si se sienten amenazadas. Unas opciones que te harán disfrutar de situaciones inesperadas, como familias que prosperan durante generaciones o especies que entran en conflicto por territorio y recursos.

Este nuevo equilibrio biológico también cambia la forma de gestionar los espacios. Cada especie tiene sus necesidades sociales y ambientales específicas, donde podrás ver dinosaurios que prosperan en manada y otros que exigen soledad, otros requieren agua abundante, zonas rocosas o una densa vegetación. Ignorar una de estas condiciones no solo provoca estrés, sino también comportamientos agresivos o fugas, con consecuencias directas en la seguridad y la reputación del parque.

El sistema de comportamiento social también se ha refinado. Los dinosaurios interactúan de forma más natural y predecible, marcan territorio, establecen jerarquías y defienden a sus crías. Ver a un grupo de herbívoros proteger a los pequeños de un carnívoro o a un depredador acechar desde la distancia añade una dimensión que antes no existía.

Otro punto importante es la gestión genética, que ha ganado profundidad sin volverse inaccesible. A través de la investigación y el ADN recuperado en expediciones, se pueden alterar ciertos rasgos de las especies: hacerlas más longevas, menos agresivas o resistentes a enfermedades. Pero la manipulación tiene un precio; exagerar un rasgo puede desequilibrar al resto. Aquí deberás de elegir entre la eficiencia y la naturalidad, entre jugar a ser dios o respetar el orden de la naturaleza.

Los dinosaurios siguen siendo el atractivo más importante del juego

Los verdaderos protagonistas de Jurassic World Evolution 3 son, como no podía ser de otra forma, los dinosaurios. Se ha ampliado el repertorio hasta superar las 85 especies, abarcando criaturas terrestres, marinas, voladoras e híbridas. Desde el imponente Tyrannosaurus rex hasta el elegante Pteranodon o el gigantesco Megalodon, la variedad es totalmente abrumadora. Cada especie tiene un modelado y animación propio, con un nivel de detalle que roza la excelencia. En este caso, no solo tendrás los diseños clásicos de las sagas cinematográficas, sino que se han introducido variantes biológicamente más verosímiles, logrando un equilibrio perfecto entre espectáculo y credibilidad.

Una de las grandes novedades es el dimorfismo sexual. Por primera vez, los dinosaurios presentan diferencias visuales y de comportamiento entre machos y hembras, además de las inevitables crías que heredan rasgos de sus progenitores. Estas pequeñas criaturas no son simples adornos como he comentado anteriormente. Además, el comportamiento animal ha sido rediseñado desde cero. Los dinosaurios establecen jerarquías, defienden su territorio y reaccionan a las condiciones del entorno con mayor naturalidad.

Por último, el trabajo en animaciones y sonido es sobresaliente. Cada rugido, movimiento o gesto tiene peso y coherencia. Esa atención al detalle —ver un Brachiosaurus agacharse lentamente para beber agua o un Velociraptor comunicar con chillidos al grupo— refuerza la sensación de estar gestionando un ecosistema auténtico. Es como ver que la vida, por fin, se abre camino.

Así es la gestión del parque, la economía y el control del personal

La gestión del parque en Jurassic World Evolution 3 es la más completa y equilibrada de toda la saga. Frontier ha encontrado un punto intermedio entre la complejidad de Planet Zoo y la inmediatez de Evolution y Evolution 2, ofreciendo un sistema más flexible, pero también más lógico. Ya no se trata solo de construir recintos bonitos, sino que deberás de mantener en funcionamiento una auténtica red viva de instalaciones, personal y sistemas de emergencia.

Los equipos de mantenimiento y seguridad tienen ahora un papel clave. Las nuevas cámaras de vigilancia permiten anticipar fugas o detectar comportamientos anómalos, mientras que los equipos de reparación y contención actúan de forma automática —o manual, si se prefiere un enfoque más directo— cuando surge una crisis. Los fallos eléctricos, las tormentas o los ataques de activistas obligan a reaccionar rápido y priorizar qué zonas proteger. Esa sensación de “caos controlado” tan característica de la saga vuelve con fuerza, pero ahora más justificada y menos arbitraria.

El componente económico sigue siendo accesible, pero ha ganado coherencia. Los ingresos dependen de la satisfacción de los visitantes y del atractivo de las especies, lo que obliga a equilibrar la inversión entre espectáculo y estabilidad. Un parque con muchos carnívoros atraerá multitudes, pero también incrementará los costes de seguridad y mantenimiento. El estudio no castiga los errores de forma severa, pero sí premia la planificación. En los niveles más altos de dificultad, el margen de beneficio puede ser ajustado, y mantener el flujo financiero se convierte en un desafío real.

En paralelo, la gestión del personal científico añade una capa estratégica muy interesante. Cada investigador tiene habilidades específicas (logística, genética, bienestar, etc.) y rasgos de personalidad que afectan su rendimiento. Asignarlos correctamente a cada tarea —ya sea una expedición, un proyecto de investigación o la incubación de nuevas especies— es esencial para optimizar tiempos y costes. Si se abusa de ellos, su rendimiento cae y requieren descanso en el Centro de Personal, lo que introduce un factor de ritmo muy bien medido.

El sistema de investigación también brilla. Todo lo que se desbloquea, como nuevas especies, mejoras tecnológicas, instalaciones o modificaciones genéticas, está integrado en una misma red de progreso compartida entre ubicaciones. Reforzando en todo momento la sensación de estar construyendo una organización global y no solo un parque aislado.

Por otro lado, la interfaz de gestión se ha reorganizado con más claridad. En el caso de los mapas de calor de cobertura o bienestar, resultan más intuitivos y visuales en esta ocasión, permitiendo detectar problemas de un vistazo. Es cierto que en parques muy grandes el exceso de iconos puede volverse algo confuso, pero en general, el flujo de trabajo es más ágil y menos frustrante que antes.

La creatividad ahora está mucho más presente

Si hay un punto donde Jurassic World Evolution 3 rompe definitivamente con el pasado, es en su apartado creativo. Frontier ha usado toda la experiencia acumulada en Planet Zoo y Planet Coaster para conceder al juego un nivel de personalización nunca visto en la saga. Aquí, la gestión da paso al diseño puro, y cada jugador podrá construir su parque completamente distinto al de los demás.

El gran protagonista en este apartado es su sistema de construcción modular, sustituyendo los edificios fijos por estructuras editables pieza a pieza. Ya no se trata de colocar un hotel o una tienda y olvidarse: ahora puedes cambiar paredes, techos, ventanas, colores, materiales y decoración, mezclando elementos funcionales con detalles estéticos. Podrás optar por crear un complejo turístico de lujo o por un centro científico austero perdido en la jungla.

Las herramientas de terraformado también han recibido una mejora sustancial. Es posible modelar el terreno con precisión, desde levantar acantilados, excavar valles, crear lagos, ríos o cascadas naturales para utilizarlas como barreras orgánicas en cada recinto. La diferencia con entregas anteriores es impresionante, porque la sensación de control sobre el espacio es total, y eso potencia tanto la creatividad como la inmersión.

Por otro lado, el nuevo Island Generator es otro gran acierto. Aquí se permite generar mapas desde cero, ajustando parámetros como tamaño, densidad de vegetación o relieve. Esto, unido al modo Sandbox, permite que la creatividad sea casi infinita. Incluso es posible guardar “planos” de las construcciones para reutilizarlos o compartirlos con la comunidad.

Y hablando de comunidad, el Frontier Workshop es una de las herramientas más importantes de esta entrega. Por primera vez, el juego ofrece compartición multiplataforma, lo que significa que los jugadores de PC, PlayStation y Xbox pueden subir y descargar parques, estructuras o decoraciones sin restricciones. Es el tipo de añadido que garantiza longevidad al título y que fomenta una comunidad creativa activa y constante.

APARTADO AUDIOVISUAL

Si en algo destaca el apartado visual del título, es que Frontier ha alcanzado un nivel técnico impresionante. Es el juego, con diferencia, con más detalles y expresivo de la saga. Las animaciones de los dinosaurios han ganado naturalidad y cada especie transmite personalidad. Los escenarios son amplios, variados y bellamente iluminados, cada localización tiene identidad propia y efectos climáticos. El motor gráfico se muestra sólido, con texturas muy nítidas y una gestión de la luz sobresaliente. Apenas hay caídas de rendimiento, incluso en parques repletos de visitantes y dinosaurios.

Con relación a su apartado sonoro, sus efectos de sonido están muy bien seleccionados para crear esa inmersión deseada, desde el rugido de los dinosaurios, el crujido del follaje o el sonido de las tormentas. De nuevo, llega totalmente doblado al castellano con una gran interpretación de Juan Carlos Gustems, entre otros dobladores; también cuenta con todos sus textos en español. Por último, su banda sonora combina composiciones originales con matices inspirados en los temas clásicos de John Williams, creando una mezcla perfecta.

CONCLUSIÓN

Jurassic World Evolution 3 está recomendado porque es el paso adelante que necesitaba la saga. El estudio ha conseguido transformar un simulador de parques temáticos en un ecosistema vivo y coherente. El nuevo sistema de crianza, las generaciones, la interacción social y el énfasis en la sostenibilidad han cambiado por completo la dinámica del juego. Es sin duda, la mejor entrega de la serie: todo un homenaje a la saga cinematográfica y el juego perfecto para todo amante de los dinosaurios o del género de simulación.

Por último, dar las gracias a Frontier Developments y bastion por cedernos una copia de Jurassic World Evolution 3.