Análisis de PEPPERED: an existential platformer

La verdad es que mientras jugaba a PEPPERED: an existential platformer no paraba de pensar que iba a ser un análisis difícil de hacer. Y no me equivocaba, porque sigo con dudas de cómo hablarte de él. Es uno de los videojuegos más extraños que he jugado nunca, pero también uno muy divertido. Si quieres un plataformas distinto, este es tu juego. Análisis.

Un plataformas con múltiples finales

PEPPERED: an existential platformer es tan extravagante que hablar de él es complicado. Es un videojuego único, irreverente, que no tiene miedo de usar el humor absurdo como eje fundamental de la narrativa. Podría firmarlo perfectamente Daniel Mullins, y eso es un halago, aunque no creo que sea tan redondo como algunos de sus juegazos. No esperes Pony Island.

Pero sí es un plataformas diferente, por su planteamiento y por su jugabilidad. Lo de que su nombre sea “un plataformas existencial” no es casualidad, ya que puedes cambiar el rumbo de la historia o incluso morir y acabar tu partida con una decisión mal tomada. Uno de sus finales se puede ver en unos 10-15 minutos… Y es el primero que yo vi, fíjate cómo son las cosas.

En este curioso universo, el Dios de la Muerte está encerrado y, cada cierto tiempo, un héroe mantiene al prisionero llevando una estrella a la cárcel. Pero en esta ocasión no ha aparecido el tipo y tú tienes una entrevista de trabajo en la empresa que guarda dicha estrella. Tienes dos opciones: o consigues el trabajo y el Dios renace, o intentas salvar el mundo. Puedes decidir libremente… Y ambas tendrán consecuencias.

Como te decía, uno de los múltiples finales sucede rápido, pero si lo esquivas, lograrás acceder al videojuego en sí, donde el plataformeo tiene un gran protagonismo jugable. Aún así, las conversaciones seguirán presentes y tus respuestas (y acciones) tendrán un impacto directo en la historia, cambiando el rumbo de tu aventura. También encontrarás algunos minijuegos y secretos varios.

El plataformeo es variado y te pone en situaciones muy diferentes, y esto es lo mejor. Hay zonas en las que debes ser preciso, otras en las que prima la rapidez, otras que me han recordado al concepto de Desvelado o incluso zonas en las que hay que morir para avanzar… Me ha gustado esa diversidad y no es muy difícil. El personaje principal se mueve y salta de una forma algo tosca pero, en general, funciona bien.

Por supuesto, hay algunas “batallas” contra jefes (lo entrecomillo porque no todo son peleas como tal), pero si las pierdes, el juego continúa. La historia se modifica si sales victorioso o si la lías parda, pero todo sigue adelante. Y normalmente puedes ver claramente la consecuencia de tus actos, aunque tengas que esperar un rato para experimentar exactamente lo que ha pasado.

Y sí, como te decía, tiene múltiples finales; algunos más rápidos, otros que necesitan de varias horas. No es muy largo, pero tiene mucha rejugabilidad y, si te engancha, intentarás provocar diferentes resultados a tus actos y conversaciones para ver qué sucede. Sin duda, es un videojuego complejo y bien trabajado, pero también creo que lleva al exceso su extravagancia.

Exceso de extravagancia

PEPPERED: an existential platformer es muy intenso y puede que no todos los jugadores aguanten tanta locura condensada en unas pocas horas. No te da un respiro. Cada dos por tres hay una nueva sección de plataformas, una cinemática, una conversación… Y todo con un estilo muy exagerado, muy estrambótico. Jugar crea cierta fatiga, es muy agresivo.

Y esto te lo cuento porque, aunque me ha gustado, no puedo terminar el análisis sin decirte que me ha sobrepasado en muchos momentos. Quiere ser tan absurdo que, a veces, te cansa. Tiene humor y sus personajes son únicos, pero es fácil perderse entre tantos sucesos raros y sin sentido. Es curioso, pero su principal virtud también ha sido un defecto en algunos momentos de mis partidas.

Pero, a pesar de todo, te lo recomiendo. Si te moló Pony Island, creo que este puede gustarte. Es otro tipo de locura la que ofrece este juego y no tiene ese punto de terror, pero sin duda es una obra para jugarla con mente abierta. No creo que sea para todo el mundo, pero aquel que abrace su caos y disfrute de su humor, negro por momentos, va a encontrar una experiencia totalmente única en la industria.

Por ir terminando, no me ha gustado nada el sistema de guardado. No es posible hacerlo manualmente y tiene muy pocos autoguardados (una vez salí porque tenía que irme de casa, dando por hecho que se habría guardado, y perdí el avance de 10-15 minutos en un momento MUY importante de la historia). En secciones de plataformas, por ejemplo, suele tener muchos. Es muy inconsistente.

El juego tiene sus textos en español (no hay voces), aunque en el menú aún dice que es un trabajo que está en desarrollo (el juego salió hace un mes ya…). No he visto ningún error reseñable en frases o expresiones, pero sí un fallo tremendo: faltan muchísimas tildes (por no decir todas…). Por mucho que estén en mayúsculas, todo se acentúa en nuestro idioma.

En cuanto al apartado gráfico, tengo que decir que el pixel art me parece brillante, los efectos son chulísimos y las animaciones geniales. Además, el estilo artístico es una pasada y el diseño de los personajes es muy especial. Me ha funcionado perfecto en mi PC a 60 FPS y 4K, como no podía ser de otra forma (tengo una Gigabyte RTX 4080 Gaming OC 16GB GDDR6X y un Intel Core i7-14700K).

Conclusiones

PEPPERED: an existential platformer es una locura divertidísima, pero no apta para todos los públicos. Su humor absurdo y su extravagancia son su mayor virtud, aunque también pueden llegar a saturarte. Con una propuesta jugable original, múltiples finales y una rejugabilidad que engancha, merece la pena si buscas una experiencia única.

Por último, dar las gracias a Mostly Games por cedernos una copia de PEPPERED: an existential platformer.