Little Cities – Análisis

Por José Miguel Rodríguez Ros Análisis Juegos Realidad Virtual 7 minutos de lectura

Hay experiencias en la realidad virtual, que más allá de su complejidad, te sacan una sonrisa. El sector está en crecimiento, también en la vertiente de videojuegos, y títulos que tenemos muy vistos en pantalla plana adquieren otros matices en la VR. Llevo viviendo esta sensación desde que empecé a jugar a Little Cities hace unos días, embobado por su delicadeza, a pesar de sus peros (que los tiene).

La primera vez que probé Moss, el famoso juego de acción y plataformas de Polyarc (juego que te recomendamos si eres nuevo en realidad virtual), sentí que estaba volviendo a ser un niño; era como si mis juguetes cobraran vida, era disfrutar con una maqueta viviente. Jugando a Little Cities he experimentado algo parecido y es un sentimiento muy poderoso. Pero, más allá de las sensaciones, ¿merece la pena? Te lo cuento en este análisis.

Diseñar pensando en la realidad virtual

Little Cities es un city builder, al estilo Sim City o Cities: Skylines (cuya versión de realidad virtual también salió hace poco en Meta Quest 2, con bastantes problemas), en el que debemos construir una nueva ciudad desde cero, mientras organizamos sus calles, establecemos barrios residenciales y comerciales, delimitamos la zona industrial y, sobre todo, cubrimos las necesidades de los habitantes (agua, luz, conectividad, etc.).

Hasta aquí, no hay novedades que revolucionen el género, ni tampoco demasiados alicientes si estáis buscando un city builder hardcore. Little Cities no ofrece eso. Está concebido como una experiencia más relajada, casual, para construir sin demasiada presión y con una guía bastante clara. El juego está dividido por mapas y tenemos que levantar una ciudad próspera en cada uno de ellos para “superar el nivel”.

Las opciones de construcción también son limitadas y es quizá lo que más echo en falta: más tipos de carreteras, de edificios, de opciones de gestión… A pesar de entender perfectamente que está orientado a un público más amplio que otros juegos del género, sí he notado que le faltan algunos argumentos más para que aguante en el tiempo. Aún así, el equipo de desarrollo de Purple Yonder, estudio a cargo del título, ya ha dejado claro que el juego se ampliará en el futuro y tienen un plan ambicioso.

De hecho, es innegable que la buena base existe, y es un juego muy pulido, entretenido y que tiene mucho potencial para crecer. Con todos estos peros, muchos jugadores no querrán acercarse a él, pero lo cierto es que lo recomiendo también para ellos. ¿Por qué? Porque el diseño de Little Cities, en cuanto a la interfaz de usuario, la usabilidad y la jugabilidad, está tan pulido que es una gozada jugar.

Purple Yonder ha hablado recientemente del arduo trabajo que supuso crear una interfaz de usuario simple, intuitiva, rápida y eficaz para un videojuego así, y lo entiendo. Suelen ser títulos con muchos menús y se necesita mucha información para gestionar bien la ciudad. Es cierto que Little Cities se beneficia de su estilo más casual para evitar algunos de esos problemas, pero no deja de ser un gusto construir: es sencillo y es ágil. Si no fuera así, el juego no podría ser divertido (y lo es).

Construir ciudades de la nada requiere planificación

Aunque Little Cities sea casual, e incluso te dé pistas para ir por buen camino, no deja de ser un city builder que funciona por simulación. Hay que planificar con cierta cabeza cómo escalamos nuestra ciudad, porque a los habitantes no les gusta estar cerca de las industrias o porque necesitaremos muchos más recursos conforme avancemos, así que mejor que construyas algunas carreteras cerca del mar por si necesitas construir desaladoras (por poner unos ejemplos).

Además, cada mapa tiene algunos pequeños retos que nos invitan a pensar un poco más. Por ejemplo, en uno de ellos, las tormentas de arena son un problema y nos impiden que las construcciones funcionen con normalidad, así que tenemos que combatirlas poniendo palmeras. Hay otras variables que no quiero chafaros porque parte de la experiencia de ir avanzando en los mapas es conocer las nuevas posibilidades de construcción que tenemos y cuáles son los desafíos a los que nos enfrentamos.

Más allá de eso, el juego se ve realmente bien, con un estilo cartoon y con colores chillones que le sienta genial. Cuando te acercas mucho al suelo se nota más la simpleza de los diseños, pero no te importa, porque le sientan bien. Es muy agradable a la vista y funciona perfectamente en Meta Quest 2. Es muy chulo ver tu ciudad crecer y estar dentro de la acción da otra visión de las cosas. A veces me quedo embobado viendo el tráfico o los aviones pasar cerca de mi cabeza. También me encantó la primera vez que vi un helicóptero de los bomberos apagando un incendio en un edificio (¿suena macabra esta frase? Vosotros entendéis a lo que me refiero, ¿verdad?).

Little Cities cumple y, a pesar de sus carencias, que las tiene, creo que es un videojuego totalmente recomendable y que os va a dar unas cuantas horas de puro entretenimiento. En mis sesiones de juego he agotado la batería de las Meta Quest 2 sin darme cuenta, algo que sin duda es un buen indicador de que el juego cumple su objetivo de divertir. Dadle una oportunidad, porque la merece.

Por último, dar las gracias a nDreams por cedernos una copia de Little Cities.

Little Cities
RECOMENDADO
Crea tu ciudad y observa cómo cobra vida. Mira cómo nuevos residentes llegan a tu isla y hacen crecer una aldea humilde hasta hacerla una bulliciosa metrópolis. Diseña la distribución, planifica estratégicamente las instalaciones y haz la ciudad ideal para tus ciudadanos. Es fácil empezar a jugar, pero hay mucho que descubrir. ¡Little Cities hará posibles tus mayores creaciones!
🟩 ¡Que me ha gustado! 👍
Usabilidad perfecta para realidad virtual, gran trabajo
El juego es entretenido y perfecto para unas partidas tranquilas
Un apartado técnico muy bueno y los gráficos cumplen
🟥 ¡Que no me ha gustado! 👎
A pesar de ser casual, está claro que le faltan opciones de construcción
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Periodista especializado en videojuegos y especialista en marketing digital. Los videojuegos me enamoraron siendo un niño, he trabajado con ellos a tiempo completo y ahora sigo en varios medios colaborando todo lo que puedo. Juego a todo en cualquier parte, sin importar la plataforma.
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