Ruinsmagus – Análisis

Por José Miguel Rodríguez Ros Análisis Juegos Realidad Virtual 12 minutos de lectura

Ruinsmagus se había convertido por derecho propio en uno de los videojuegos de realidad virtual más esperados de los últimos meses. Ya está aquí, tanto en Steam como en Meta Quest 2 (versión que hemos jugado), y ya puedo contaros si ha cumplido las expectativas. JRPG y dungeon crawler se unen en el nuevo juego de CharacterBank. ¿Merece la pena?

A golpe de magia

Cuando vi por primera vez Ruinsmagus me asaltó una ilusión tremenda: un JRPG llegaba a realidad virtual. Hemos experimentado ya mucho en VR y, aunque hay alguna “japonesada”, faltaba un videojuego así. La demo que probé hace unas semanas en el Steam Next Fest me dejó buen sabor de boca, pero también dudas, y la realidad es que el juego final ha afianzado ambas sensaciones. Ruinsmagus tiene elementos muy divertidos, pero tiene ciertas carencias.

El juego nos pone en la piel de un mago novato que tiene como misión principal investigar unas ruinas misteriosas. El gremio de los Ruinsmagus se dedica a introducirse en dicho escenario en la búsqueda de materiales, mientras tratan de encontrar cuál es el secreto de las ruinas. Como seguramente adivinaréis, gracias a nosotros y a nuestra compañera Iris, el misterio deja de ser tal cuando encontramos la clave para abrir una puerta secreta que se oculta en las ruinas. Y hasta aquí puedo leer.

En nuestros viajes a las ruinas nos encontramos multitud de enemigos, que se repiten demasiado (la variedad en todo el juego es muy escasa), con los que tenemos que acabar haciendo uso de nuestras habilidades, ya que el juego es, sobre todo, un dungeon crawler. En Ruinsmagus nos valemos principalmente de la magia para acabar con los monstruos, en peleas muy dinámicas y a veces estresantes (no os recomiendo el juego si sois nuevos en VR, cuidado con el motion sickness) y aquí encontramos una de las virtudes del juego, aunque con sus peros.

Ruinsmagus

La magia que podemos utilizar es variada y desbloqueamos nuevos hechizos conforme avanzamos en la historia, pero solo podemos tener equipados dos poderes principales, otro que actúa como ataque básico y un ataque muy potente que actúa como la “ultimate”. Los poderes son variados y nos permiten utilizar distintas estrategias, desde ser muy agresivos con magias lentas pero muy fuertes, hasta utilizar barreras defensivas para atacar con más cautela.

La parte negativa es que el esquema de controles es… extraño. Es cierto que conforme pasan los minutos uno se acaba acostumbrando, pero creo que la configuración de controles no ha sido muy acertada. Estoy convencido de que se puede repensar bastante. De hecho, lo más raro es que el ataque básico funciona como una especie de “pistola mágica” que disparamos gracias a nuestro guante mágico y su munición se gasta, por lo que hay que recargarla después de varios usos. Para hacerlo, tenemos que bajar el brazo y pulsar los dos gatillos derechos. La munición es infinita, ese no es el problema; simplemente es extraño que haya que recargar el guante. No encaja demasiado con el contexto, la verdad.

El ataque básico se realiza pulsando o manteniendo pulsado el gatillo superior, y los poderes secundarios (más fuertes) con el gatillo inferior. Solo podemos usar un poder secundario a la vez y para utilizar el otro (llevamos dos equipados, como he comentado) hay que pulsar el botón del stick. De esa forma vamos cambiando entre un ataque y otro, aunque tienen enfriamiento. Es, de nuevo, un sistema algo confuso y lo peor es que a veces nos puede perjudicar.

Ruinsmagus

¿Por qué? Bueno, en el juego podemos usar también objetos, que aparecen en nuestro pecho. Solo podemos visualizar un objeto a la vez, así que si queremos cambiar el objeto a usar, tenemos que darle hacia arriba en el stick. Esto provoca que en ocasiones, cuando queremos cambiar los poderes, cambiemos el objeto también. Las batallas son a veces muy rápidas como para percatarnos de que nos hemos equivocado en ese movimiento y el disgusto puede venir más tarde cuando tratemos de coger una poción para sanarnos y, en realidad, cojamos una granada.

La variedad de objetos tampoco es muy amplia, pero no he notado en este caso que sea un problema y creo que son suficientes. Tenemos pociones de salud, objetos que mejoran el ataque o la defensa temporalmente, e incluso espadas que nos permiten atacar cuerpo a cuerpo durante unos segundos. Estos ítems se consiguen comprándolos en una tienda que desbloqueamos en los primeros minutos de juego y que va ampliando su catálogo conforme avanza la trama.

Lo que me falta por comentar de la jugabilidad es que tenemos un escudo que nos sirve para protegernos de los ataques enemigos. Con el brazo izquierdo podemos cubrirnos al recibir ataques. Lo interesante es que el escudo nos permite hacer parrys si somos lo suficientemente precisos para pulsar el botón en el momento correcto. Si lo hacemos, podremos devolver el ataque a los enemigos, haciéndoles mucho daño.

Tanto el guante mágico como el escudo se pueden mejorar, gracias a unos puntos especiales que conseguimos al superar misiones. Además, podemos conseguir nuevo equipamiento. Lo que me ha gustado de esto es que, a pesar de que hay pocos, cada uno de ellos tiene ciertas características únicas. No es que sean mejores y ya; llegan a cambiar nuestra forma de jugar. Por ejemplo, el primer nuevo escudo que desbloqueamos es más grande, pero es más lento porque tiene que desplegarse para protegernos. En mi caso, hasta volví a utilizar el original, no me gustó nada este.

Ruinsmagus

JRPG en realidad virtual: es como estar en un anime

Aunque la historia de Ruinsmagus sea básica y carezca de interés, hay que reconocer que el videojuego es una gozada a nivel artístico. Si sois amantes de los JRPG y del anime, estar dentro del juego es una experiencia única. Los distintos NPCs que nos encontramos tienen una personalidad muy marcada, con diseños muy chulos. Las voces en japonés ayudan mucho a la inmersión (el juego está en japonés y los textos en inglés, por cierto; no hay español).

Es ahí probablemente donde radica el mayor argumento para jugar a Ruinsmagus. El videojuego es divertido a pesar de los problemas en el control, no voy a negarlo, pero es demasiado repetitivo. Las ruinas son prácticamente iguales todo el rato y las batallas contra los enemigos se hacen en zonas delimitadas en las que estos aparecen de repente, con una IA bastante justita, y acaba por ser una experiencia muy monótona. Yo lo he jugado en Normal y he muerto poco, principalmente por cambiar de equipamiento y no saber usarlo bien. En Difícil se endurece, pero no creo que aporte mucho al juego.

Al menos, todo sea dicho, la cantidad de jefes que tiene el juego es enorme y sorprendente, con algunas batallas memorables contra bichos enormes. Aquí sí tengo que aplaudir al juego, porque dan variedad, son más complicadas y son espectaculares en algunos casos. Estas peleas te obligan a jugar mucho mejor, porque los jefes pueden vencerte fácilmente con varios impactos.

Aún así, la mayor carencia del juego es su funcionamiento fuera de las ruinas. El juego es tremendamente lineal, dividido en misiones (capítulos según el archivo de guardado, aunque eso no se menciona en ningún sitio), con una duración que no llega a las 10 horas (y todo depende de lo rápido que vayáis, porque a mí me ha durado varias menos), aunque ese no es el problema.

En Ruinsmagus aparecemos a las afueras de las ruinas, en una especie de asentamiento del gremio. Ahí seleccionamos misiones y tenemos algunas conversaciones, y también sirve de lugar central en el que viajar a otros pequeños escenarios (por ejemplo, la tienda que he mencionado antes o una parte de la ciudad, muy bonita, aunque tremendamente pequeña, con solo una calle recreada).

Este lugar sirve de hub, pero esa es la teoría, porque lo cierto es que no puedes hacer prácticamente nada más allá de seleccionar la siguiente misión y viajar a otros lugares. Eso me ha decepcionado mucho y le quita bastante gracia. Esperaba que incluso se desarrollara de alguna manera o que hubieran misiones secundarias a tutiplén. En general, el juego me deja la sensación de que se queda a medias en casi todos sus apartados. No sé si las limitaciones de la VR han influido, pero uno se queda con ganas de más profundidad.

Para terminar, tengo que hablar del rendimiento en Meta Quest 2. Es fantástico. El videojuego está tremendamente pulido, no he tenido bugs, funciona perfectamente y tiene unos gráficos geniales, con buenos detalles. Es uno de los mejores títulos de la plataforma a nivel visual y os aseguro que no difieren mucho de los de PC. El único pero es que los NPCs a veces desaparecen estando muy cerca de nosotros y no he terminado de entender el por qué de esta decisión, pero es algo que podéis pasar por alto.

Conclusiones

Ruinsmagus es un buen juego, que disfrutarán especialmente los amantes de los JRPG, del anime y de los juegos de magia en realidad virtual. Gráfica y artísticamente es una delicia, y la inmersión es total, pero su falta de variedad en el gameplay le pesa cuando pasan unas horas. Al juego le falta algo de profundidad en mecánicas clave para ser un juego memorable, pero aún así es entretenido y un buen primer contacto del género con la realidad virtual. Ojalá CharacterBank aprenda de los errores y refuerce los aciertos en el futuro, porque podemos ver grandes juegos más adelante.

Por último, dar las gracias a NOVY UNLIMITED, INC. por cedernos una copia de Ruinsmagus.

Ruinsmagus
Ruinsmagus
RUINSMAGUS es un JRPG de acción desarrollado especialmente para la RV. Explora y ábrete camino en primera persona a través de un inmersivo mundo de fantasía. Como miembro novato del gremio RUINSMAGUS, trabaja con el Instituto de Investigación Enigma para descubrir los misterios que se esconden bajo las calles doradas de Grand Amnis.
🟩 ¡Que me ha gustado! 👍
Buenos gráficos
Muy bueno artísticamente
Variedad en la magia y en los poderes
Personajes con mucha personalidad
🟥 ¡Que no me ha gustado! 👎
Repetitivo
Falta variedad de enemigos
El sistema de control es algo confuso
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Periodista especializado en videojuegos y especialista en marketing digital. Los videojuegos me enamoraron siendo un niño, he trabajado con ellos a tiempo completo y ahora sigo en varios medios colaborando todo lo que puedo. Juego a todo en cualquier parte, sin importar la plataforma.
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