Summer in Mara – Análisis

Por José Miguel Rodríguez Ros Análisis Juegos 15 minutos de lectura

Summer in Mara, el nuevo título de Chibig Studio, estudio valenciano, llegará mañana día 16 de junio a Nintendo Switch y Steam. El título, que más adelante atracará en PS4 y Xbox One, es un farming game ligero y tranquilo, centrado en la historia. El videojuego, una oda al cuidado por la naturaleza, es más grande de lo esperado y proporciona horas de contenido. Eso sí, su carácter relajado le pasa factura en algunos aspectos, que hacen que la experiencia completa no sea tan satisfactoria. Pero, todo sea dicho, Chibig Studio ha cumplido lo que prometió y los fans que lo apoyaron en Kickstarter estarán muy contentos. Subid a nuestro barquito y acompañadnos hasta Mara.

Koa y el desarrollo personal

En Summer in Mara encarnamos a la pequeña Koa, una niña que vive en Isla Hogar. Como bien indica su nombre, este rinconcito en el inmenso mar de Mara será nuestra casa. En los primeros minutos de juego, estaremos acompañados por Haku, la “abuela” de Koa. Ella desaparece al poco de empezar nuestra aventura, pero lo que sucede o no con ella lo tendréis que descubrir. Koa lleva una vida muy tranquila en la isla y se dedica a cuidarla y a cultivar su propio alimento.

Koa decide que tiene que salir a descubrir las bondades de Mara tras el encuentro con Napopo. Este curioso y simpático personaje, que se comunica a través de dibujos, tiene importancia en la historia y se convertirá en su acompañante. Así, y tras un ratito de juego, Koa llega por primera vez a Qälis, una gran ciudad al norte de nuestra isla. Aquí es donde la historia y el desarrollo del juego comienzan a vislumbrarse.

El relato de Summer in Mara se centra en dos grandes aspectos: el desarrollo personal de Koa y el cuidado de Mara. La joven tiene mucha energía, pero nada de experiencia, por lo que su contacto con los personajes que nos iremos encontrando le hacen madurar. Es muy divertido y simpático ver esa inocencia e impertinencia infantil, pero lo verdaderamente atractivo es ver cómo Koa va madurando. Observar cómo las experiencias le cambian es sobrecogedor. Esta historia de superación sigue la línea relajada del título, pero no por ello deja de ser interesante y llamativa.

Summer in Mara: amor por la naturaleza

El amor que Summer in Mara procesa por la naturaleza y por su propio mundo tiene gran incidencia en la historia. Los elits, una raza tecnológicamente avanzada, llegan a Mara dispuestos a explotarla y crear edificaciones en ella. Salvar nuestro hogar de sus planes y de otros problemas que surgen se vuelve algo capital y conduce el relato. Chibig Studio siempre ha dejado claro que quieren transmitir esa idea ecologista en el título y lo cumplen a la perfección.

Por esta razón, muchos detalles del juego nos invitan a reflexionar sobre nuestra huella en el entorno que nos rodea. Algunos ejemplos: obtenemos puntos de reciclaje por tirar la basura a los cubos, no podemos volver a pescar peces hasta que crecen (pezqueñines no) o el agua para regar se consigue solo cuando llueve (se recargan los pozos). Summer in Mara es una obra que apela a la responsabilidad social y el mensaje medioambiental que procesa es fuerte.

Incluso la trama de los elits es una crítica que podemos extrapolar a nuestro país y modo de vida. Ellos quieren convertir parajes naturales en lugares para el ocio y el consumo. ¿No os dice algo? Por cierto, ya que sacamos temas de economía, Summer in Mara también expresa cierto rechazo al materialismo. Hay comercio, pero sirve para avanzar y seguir desarrollando nuestra isla (materiales, semillas, algún elemento decorativo…). Nos da la sensación de que no se ha querido dar forma a un sistema que necesite realmente del dinero para obtener grandes cosas.

En general, todo el juego presenta un enorme nivel de concienciación sobre la sostenibilidad y creemos que le da un toque muy personal. Los videojuegos pueden servir para marcar la diferencia. Chibig quería mejorar el mundo de algún modo y su mensaje llega claro y alto.

La dura vida en la isla

Es hora de hablar de la jugabilidad de Summer in Mara, donde encontramos aspectos buenos y malos. En nuestro artículo sobre la demo expusimos las diferentes dudas que nos dejaba. Las hemos resuelto y, es más, creemos que la versión de prueba no le hace justicia en absoluto al juego. Es un ejemplo de que no siempre es bueno sacar demos, porque ahí podíamos hacer un 1% de lo que realmente el juego nos ofrece. Como hemos comentado, el título claramente quiere ser una experiencia relajada, tranquila, que no agobie. Un juego de chill, que diríamos ahora coloquialmente. Y lo es, pero eso le sienta regular en algunos momentos.

La vida en nuestra isla se basa principalmente en desarrollar nuestra granja. Al principio, solo tendremos disponible unas zonas para cultivar, pero conforme vayamos avanzando serán más. También tendremos la posibilidad de plantar árboles. Uno de los aspectos más buenos del juego es la enorme variedad de hortalizas y frutas que podremos conseguir: lechugas, zanahorias, algodón, cerezos, naranjos, palmeras… A su vez, esto irá dando un aspecto precioso a nuestra isla. Cuando tengáis varios árboles y cultivos diferentes veréis lo bonito que se ve todo.

Además, podremos ir construyendo nuevas estructuras que no solo decorarán, sino que ampliarán las posibilidades. Llegaremos a tener pozos (que nos permitirán plantar más árboles), un molino, un gallinero (con los pollitos y las gallinas yendo por libre por la isla, claro) o un establo (hay muchas más, pero no vamos a contarlo todo). Todas estas construcciones nos permitirán conseguir nuevos materiales o craftear más objetos.

Sí, hay crafteos. Y cocina. Hay mucho que lootear y obtener en Summer in Mara, y hay recetas encadenadas. Por ejemplo, para hacer tela necesitamos hilo. Pero, para el hilo, necesitamos algodón. Por cierto, las herramientas no se rompen.

Summer in Mara cultivos

Summer in Mara, un farming game muy tranquilo

Si Summer in Mara lleva la etiqueta de farming game hay que compararlo con otras referencias del género como Stardew Valley o Story of Seasons. Eso deja al juego un peldaño por debajo de ellos. Eso sí, para nosotros no hay forma de compararlo con Animal Crossing, no tienen nada que ver. Dicho esto, hay algunos guiños al título de Nintendo y no creemos que sean casualidad: las tres mujeres del mercado se llaman Pilly, Milly y Tilly.

Summer in Mara es, efectivamente, un verano constante. No hay calendario, ni hay días o estaciones. Hay cambios meteorológicos (cuando llueve todo se riega u obtenemos setas) y ciclo de día y noche, pero da igual que perdamos una jornada. Da igual que hoy nuestro naranjo no dé fruta, porque dormimos y ya dará mañana o pasado. No se penaliza el paso del tiempo y, de hecho, al final siempre hemos terminado abusando de ello. Cuando necesitábamos dinero, plantábamos, dormíamos sin parar y pasaban los días. En cuestión de segundos teníamos el cultivo y ya podíamos ir a venderlo. Se hace casual y poco “desafiante” el cuidado de nuestra granja y el sabor de boca que deja es agridulce.

También hay una barra de hambre y resistencia de Koa. Caen en la irrelevancia. Son una excusa para cocinar y dormir. Por lo contado en el párrafo anterior, tampoco tienen importancia. ¿Nos quedamos sin energía? Pues nada, Koa se desmaya (pobrecita) y aparecemos al día siguiente. La única penalización es que tendremos que volver al lugar del desmayo, porque no apareceremos allí. El sistema en general nos ha dejado fríos y con ganas de que todo este apartado fuera de otra manera. Ser tan laxo con el jugador no le sienta bien y eso hará que a muchos no les interese el juego.

Favor por favor

Fuera de nuestra isla, el desarrollo del juego se basa en ir cumpliendo recados. Además de la historia principal, tendremos una gran cantidad de misiones secundarias que superar. El juego es mucho más inmenso de lo que uno puede pensar de primeras. Mara es grande y tendremos que ir mejorando nuestro barco para poder navegar por sus aguas con seguridad.

El mapeado está dividido por zonas cuadradas y cada una de ellas tiene una isla. Eso sí, pasar a cada zona supondrá un tiempo de carga. Es cierto que podemos entender las limitaciones de Chibig para tener que tomar ese camino, pero esto hace que navegar grandes distancias (y habrá que hacerlo) se vuelva tedioso. Por cierto, no hay ningún tipo de viaje rápido y con todas las vueltas de aquí para allá que tenemos que dar se echa demasiado de menos. El desarrollo del juego, de por sí, es bastante lento. Todo avanza a un ritmo muy pausado y el hecho de no poder ir a los sitios de forma instantánea alarga todo aún más. Realmente esto no es ni malo ni bueno, pero hay que señalarlo.

En muchas ocasiones tendremos que ayudar a los personajes y ellos nos darán algo a cambio. El juego se basa en el concepto de cadena de favores, como lo hacía, salvando las distancias, The Legend of Zelda: Link’s Awakening. Al final, tenemos la sensación de que somos una recadera y la labor satura. Hay muchas misiones, lo cual es positivo, pero al final se hacen repetitivas, porque el concepto es el mismo.

Summer in Mara y su gran personalidad

El mundo de Mara goza de una originalidad enorme. Las diferentes localizaciones y razas que conforman este océano son geniales, y el universo que ha creado Chibig es rico y único. Visualmente el juego apuesta por la simpleza y los colores vivos, con un toque infantil innegable. Creemos que es bonito y que el diseño es totalmente acertado. El rendimiento en ordenador es perfecto y no tiene problema alguno.

El apartado sonoro nos ha dejado un poco confusos, eso sí. Por un lado, la música es preciosa. Tiene algunas melodías que no quieres que terminen nunca y el tema principal, con ese final en valenciano, es una maravilla. Pero tiene algunos errores. Por un lado, las canciones a veces acaban de forma brusca. Por otro, los pasos de Koa no se escuchan y, a veces, algunos sonidos directamente no están.

De verdad, hay momentos en los que no oíamos nada, ya que se juntaba el hecho de no tener música y de que a Koa no se le oye andar o correr. Era como si nuestro sistema de sonido se hubiera roto, pero no. Se nota mucho, nos hemos sorprendido nosotros mismos de ver todo lo que hemos sentido estos fallos. Sabemos de primera mano que Chibig está trabajando en ello y confiamos en que alguna actualización mejore este aspecto, pero tenemos que contar lo que hemos experimentado.

Por cierto, Chibig no olvida sus raíces. Por ejemplo, la naranja es la primera fruta que conseguimos (clara referencia a la Comunidad Valenciana) y muchas canciones tienen un toque español. Es bonito, sin duda, ver esos guiños a nuestra cultura y que adornen de una forma u otra un juego con proyección internacional.

Conclusiones

Summer in Mara cumple lo que Chibig prometió. Un farming game tranquilo, con mensaje ecologista y con una historia especial. De eso no hay duda y estamos convencidos que sus backers estarán contentísimos con el juego. Tenemos más dudas sobre lo que podrán pensar otros jugadores, sobre todo aquellos que busquen un farming game hardcore o un reto. El juego es lento, pausado y el relato avanza también tranquilo. Lo que está claro es que Chibig ha llevado a buen puerto un producto muy ambicioso y lleno de riesgos. Acompañar a Koa por el mundo de Mara no deja indiferente, y eso es algo muy positivo.

Por último, dar las gracias a Chibig Studio por cedernos una copia de Summer in Mara.

Summer in Mara
Summer in Mara, un farming game tranquilo con una historia poderosa
Summer in Mara es un farming game muy relajado y pausado, que cumple a la perfección lo que Chibig planteó en su campaña de Kickstarter. No creemos que sea un juego para jugadores que busquen un gran reto o un desafío, pero encantará a aquellos que quieran una experiencia más pausada y una buena historia.
Positivos
Koa
Mara y la personalidad del universo
La variedad de plantaciones
El mensaje ecologista del título
Mucho contenido y gran cantidad de horas de juego
Chibig ha hecho el producto que prometió
Negativos
Se echa en falta un calendario
El apartado sonoro necesita un arreglo
7.5
Mejores ofertas
- Publicidad -
Comparte este artículo
Periodista especializado en videojuegos y especialista en marketing digital. Los videojuegos me enamoraron siendo un niño, he trabajado con ellos a tiempo completo y ahora sigo en varios medios colaborando todo lo que puedo. Juego a todo en cualquier parte, sin importar la plataforma.
Deja tu comentario